jueves, 16 de septiembre de 2010

Que o la tumba serás... (Soñando el Chile del Bicentenario)

Ha cesado la lucha sangrienta; ya es hermano el que ayer invasor.
Este dieciocho de septiembre conmemoramos los doscientos años de la independencia de Chile de la opresión española; si bien el Cabildo Abierto de 1810 dictaminó que el gobierno provisorio criollo debía preservar la soberanía hasta el regreso del Rey de España al trono (Napoleón le estaba poniendo la cosa difícil a los amigos allá en Europa), también hay que reconocer que celebrar el Bicentenario en 1818 (que en estricto rigor fue cuando nos independizamos oficialmente) deja de lado el mérito de muchos grandes hombres, como José Miguel Carrera, y todo su trabajo y entrega en darle autonomía a este país; Además, hilando fino, si celebráramos doscientos años de independencia y libertad, diecisiete años deberían ser descontados como hiato… así que para no hacernos problemas, convengamos este bicentenario 1810-2010 y punto.

En estas fechas tan importantes para todos, me decidí a hacer algo breve y poco amargo, algo que invite a la reflexión y no que arroje pencazos a diestra y siniestra, como estoy acostumbrado.

Nuestro actual presidente de la República, Sebastián Piñera, nos invita a que este Bicentenario sea una fiesta de “unidad y reconciliación”. Yo estoy de acuerdo con él así que, con toda la unión y reconciliación posible, hablaré un rato sobre la independencia.


Hemos llegado a una etapa crucial en la cual la historia se revela como un gran preámbulo a grandes procesos políticos y sociales que deben desencadenarse. La fe en la igualdad y la libertad acabó por traicionar a los criollos que quitaron el yugo de sus hombros para colocarlo sobre los nuestros; sin embargo, como dijera el primer gobernante de este pais: Después de las Tinieblas, viene la Luz.
Queridos Chilenos, en este Bicentenario la invitación a mi pueblo y mi nación son a recapitular sobre lo que estos doscientos años han significado más allá del libro de historia, y a considerar si la independencia de España ha significado independencia de nuestros propios opresores; Queridos hermanos y hermanas, yo sueño con un nuevo Chile, sueño con un Chile libre, descentralizado, democrático quizás (no creo en la democracia), pero libre de todos los vampiros históricos que nos chupan descaradamente la sangre y el dinero desde los inicios de la república (y sus esporádicos interludios).
Sueño con un Chile en que tanto Salvador Allende como Augusto Pinochet tengan una estatua en el centro pero a nadie le importe; sueño con un Chile en que la educación no ofrezca oportunidades de trabajo sino más bien oportunidades de desarrollo integral personal, intelectual y social; sueño con un Chile real y efectivamente laico, donde los curas se limiten a rezar, un Chile con menos abogados, con menos médicos, pero donde los que haya sean los mejores. Sueño con un Chile que se enorgullezca de ser Latinoamericano, se enorgullezca de ser hermano de Bolivianos y Peruanos y Argentinos, un Chile que sienta más orgullo por la cultura mapuche que por la cultura Rapa Nui, un Chile donde se hable menos en inglés y se coma menos Sushi.
Queridos hermanos y hermanas de nación, de estos doscientos años al menos la mitad los ha vivido una clase media silenciosa y obediente que se ha creído ingenuamente los ires y venires políticos de las mismas familias acaudaladas que usaron a O’Higgins para llegar al poder y luego le exiliaron; No importa si son de izquierda o de derecha, si son de Concepción o de Santiago, si son pipiolos o pelucones, todos ellos conforman la misma masa informe de parásitos despiadados que durante doscientos años ha hecho lucro con nosotros y se han regocijado de ello (1). Queridos hermanos y hermanas, sueño con un Chile que no se vaya a Paro, sino que trabaje y trabaje el doble por cambiar la situación, sueño con un movimiento estudiantil que no haga marchas, antes que estudie y genere focos intelectuales, sueño con un sindicalismo organizado que comience por fin la verdadera revolución, la revolución que se viene augurando por doscientos años y que todavía no ha llegado.
En este año del bicentenario el llamado debería ser a la unidad y a la reconciliación: sin apellidos, sin rasgos de cara, sin jergas distintivas: una sola Clase media organizada, informada, reconociendo a su enemigo histórico, desenmascarando al verdadero opresor, uniendo fuerzas para derrotarlo.
Amigos chilenos, yo en este año del Bicentenario llamo a la madurez y a la seriedad en estos asuntos; yo denuncio el movimiento estudiantil como un circo reaccionario y un juego al corre-que-te-pillo con el carro lanza aguas de Carabineros. Yo denuncio el paro de funcionarios públicos como un entorpecimiento de la jornada del trabajador esforzado que necesita ir a cumplir sus trámites y se ve innecesariamente impedido de hacerlo: Amigos estudiantes, amigos trabajadores, ¿quieren que las autoridades los escuchen? Les voy a contar un secreto: las autoridades los escuchan, fuerte y claro, y se cagan de la risa. Las personas que ocupan los altos cargos en el país en estos momentos son hombres que tienen clara la película y que se ganan su buena tajada con todo el teatro que montan en televisión y en los medios, no importa de qué sector político sean.
¿Qué es lo que el vampiro político espera? Que haya una marcha, que vuele una piedra, que el señor Carabinero pueda intervenir para que en la tele y en el diario de toda la clase media pueda aparecer el mensaje: LOS ANTISOCIALES HAN SIDO REPRIMIDOS - SU HOGAR ESTÁ A SALVO - EL GOBIERNO LO DEFIENDE DE LOS ATAQUES DE ESTUDIANTES Y TRABAJADORES.
El anarquista es el peor enemigo de la revolución, porque es por definición enemigo de cualquier organización, y organización es lo que hace falta en este momento.
¿Qué es lo que el enemigo no espera que ocurra? Que ninguna universidad se vaya a paro. Que los funcionarios públicos no dejen de trabajar. Que los deudores habitacionales no salgan a las calles. Que los mapuches dejen de quemar haciendas… pero que empiecen a reunirse. Que se abran foros públicos en las universidades los viernes por la tarde; que los estudiantes pasen los fines de semana sobrios, reuniéndose con los sindicatos. Que se empiece a gestar real y efectivamente una revolución, madura, libre de las trabas históricas con las que generan divisiones internas, y que, lo mejor de todo, no entregue ni una sola excusa al Señor Carabinero para desenfundar su luma.
Sueño con un Chile que ponga en jaque a la democracia; que se inscriba, que vote, pero que no elija a ningún candidato abanderado. Sueño con un Chile que alcance el nivel de organización suficiente para salir a la calle de una sola vez, toda una enorme clase media, a recuperar la soberanía que nos robaron los Ochocientos de Santiago. Sueño con un Chile norteño, austral, un Chile municipalizado, un Chile sin partidos políticos, un Chile sin servicio militar obligatorio, un Chile con un cuerpo de Carabineros al servicio de la Clase Media.
El Estado por definición es un organismo que debe velar por el bien común; El chauvinismo no cuenta como bien común, sino todo lo contrario, como medio de control de la masa ignorante, por lo tanto, celebrar masivamente el Bicentenario es una confesión de ineptitud pero también es una falta de respeto a los hombres y mujeres inteligentes que quedamos en el país. Hace doscientos años que dependemos de la Aristocracia Santiaguina; quizás vaya siendo hora de celebrar, efectivamente, nuestra Independencia.

Viva Chile, ¡mierda!


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(1) Campaña presidencial 2009: como ejemplo de que el sector político es sólo un circo que nos montan, reflexionen nada más en lo siguiente: La campaña presidencial del año pasado. Sebastián Piñera (candidato de derecha) promueve el “desarrollo a la mediana y pequeña empresa, ayuda al pueblo trabajador, defensa de la familia” (discurso de izquierda). Eduardo Frey R. por su parte (candidato de izquierda) se vanagloria de todos los Tratados Comerciales que se firmaron durante los gobiernos de la Concertación, el suyo en específico, y de cómo ellos abrieron el país al mercado internacional (discurso de derecha); ¿qué mierda nos quieren hacer creer estos pelafustanes?