miércoles, 30 de mayo de 2012

En algún lugar del tiempo


“El Viajero del Tiempo (que es como será conveniente llamarle) nos exponía un asunto para nosotros desconocido...”

H.G. WELLS, La máquina del tiempo

¡Cosa rara, el tiempo! Es una de esas palabras que provocan dolores de cabeza, porque en la vida cotidiana la usamos a destajo y con soltura, pero cuando tenemos que entrar a explicarla nos empezamos a enredar y vemos cómo la cosa no está nada clara. Uno en general acepta que es una forma de ordenar las cosas conforme ellas van pasando, para poder hablar de lo antes, de lo después y de lo mientras; pareciera ser un elemento del orden natural del mundo, como la extensión de los cuerpos en el espacio -su otro misterioso hermano.
Los físicos tienen un montón de teorías locas sobre el tiempo, concepciones descabelladas que nos harían volarnos la cabeza si acaso nos acercáramos a entenderlas, y como en general considero que estoy un poco más cerca del deschabetaje que el común de la gente prefiero mantenerme a respetuosa distancia de esas cosas (al menos por ahora). A pesar de que no tenemos una idea definitiva y clara de lo que es el tiempo, todos parecemos manejarnos bastante bien con él y en él; y en tanto no nos alejemos de la tierra los hermanos gemelos envejecerán todos a la misma velocidad y así, afortunadamente, nos veremos prevenidos de tener que estudiar astrofísica para resolver el misterio de nuestros conflictos existenciales.
El tiempo, ¿es algo que ocurra en nuestra mente, o en el mundo? Hay veces en que parece ir más lento, y otras más rápido; cuando nos entretenemos, las horas son segundos, y cuando nos aburrimos los últimos cinco minutos para terminar la tediosa actividad pueden convertirse en miles de días. Todo eso quizás nos lleve a creer que el tiempo es subjetivo. Pero hay que considerar ahora que, cuando dormimos, el viaje de la noche a la mañana parece ocurrir en un parpadeo, y sin embargo, prendemos la radio o miramos por la ventana y de inmediato nos damos cuenta de que las cosas allá afuera siguieron su ritmo normal mientras nosotros dormíamos; eso lo hace bastante objetivo...
Con todo y la enorme confusión que parece significarnos el tiempo, es muy curioso notar que, sea de la naturaleza que él sea, ya lo tenemos bastante bien internalizado en la cabeza, porque somos capaces de encontrarle sentido a propuestas y afirmaciones que atentan contra el curso normal del tiempo.
Ya bastantes problemas tenemos con el tener que entender qué diablos es el tiempo; más encima, vienen algunos macabros escritores y directores de cine a mostrarnos representaciones de los viajes en el tiempo, ¡Como si acaso fuera posible viajar en el tiempo!
Pero bueno, a ver; ¿son posibles los viajes en el tiempo? Yo digo que sí. Y mis motivos para hacerlo son bien simples: cuando vemos o leemos una historia acerca de un viaje en el tiempo, podemos juzgarlo con el escrutinio de la razón más allá de pedirle las especificaciones técnicas a la máquina del tiempo y preocuparnos sólo de considerar los efectos y resultados de ese viaje. Dicho de otra forma: El sentido común es capaz de aceptar que sean posibles los viajes en el tiempo, más allá de preguntarse cómo de hecho ellos puedan realizarse.
Pero viene ahora una cuestión interesante; decíamos hace un rato que quizás de las muchas disquisiciones que uno puede hacer sobre la naturaleza del tiempo, las dos más importantes (excluyendo la de los físicos) son sin lugar a dudas las respuestas ontológicas (“oh, mírenme, estudio filosofía y uso la palabra 'ontológica' ”) a la pregunta por el tiempo: esto es, si él depende de nuestra percepción, o es algo que anda dando vueltas allá afuera, en el mundo.
¿Y por qué es importante? Se preguntarán. Porque, ni más ni menos, es nuestra forma de considerar el tiempo lo que hace que nos haga sentido una u otra versión de los viajes en el tiempo, porque en general las películas que vemos y los libros que leemos adscriben a una o a otra dependiendo de -probablemente- la forma en que su autor conciba el tiempo. Y mi esfuerzo en esta ocasión para todos ustedes mis queridos atentos es mostrarles cómo estas formas son sólo dos salidas en calidad idénticas para salvar el problema y NO HAY -como se suele creer- una correcta y otra incorrecta (o probablemente lo haya pero nada pone más manzanitas al lado de allá que al de acá de esta balanza).
Ejemplos de viajes sobre un tiempo objetivo (el tiempo existe en el mundo, indiferente del sujeto): 12 monos, Futurama, Harry Potter y el prisionero de Azkaban, etc.
Ejemplos de viajes sobre un tiempo subjetivo (el tiempo existe en la mente del individuo): Volver al futuro, Efecto mariposa (la película), etc.
Ahora procederé (léase en tono de profesor de anatomía dirigiendo una cirugía con estudiantes de medicina presentes) a hacer mi hermosa formalización comparativa que me pasé una semana diseñando:
En un mundo donde no ocurren viajes en el tiempo, el “tiempo del mundo” [t(m)] es igual al tiempo de cada uno de sus individuos [t(i)]. Esto lo podemos representar de la siguiente manera:

t(m) |--------------------------------------------------------------------------------------->
t(i)   |--------------------------------------------------------------------------------------->

Ahora bien, consideremos primero un mundo posible en el que ocurre un viaje en el tiempo y el tiempo es subjetivo (usaré de ejemplo la película volver al futuro). El tiempo de Marty McFly -o “El Viajero del Tiempo”, v, que es como será conveniente llamarle- es por lo tanto independiente del tiempo del mundo; pero ambos tiempos están relacionados; ergo, el tiempo del mundo dependerá del tiempo del viajero.
Quizás sea más claro (o quizás no. No me importa) en la gráfica:

t(m) |1920---1930---1940---1950---1960---1970---1980----1990--->
t(v)  |-----------------------------------------0-------10------17----------->

De acuerdo con la Wikipedia y su fuente infinita de conocimiento, el viajero del tiempo nació en t(m)=1968 (esto significa: el año 1968 del tiempo del mundo). Por lo tanto, cumple diez años en t(m)=1978 y diecisiete en t(m)=1985. Pero veamos lo que va a ocurrir a continuación...
El 25 de octubre de 1985 el viajero, a bordo de un De Lorean DMC-12 modificado para poder hacer viajes en el tiempo (debe haber perdido la garantía de fábrica tras esos ajustes...) sale disparado hasta el 5 de noviembre de 1955. Realiza cambios sustanciales en su propio pasado y luego, el 12 de noviembre, vuelve al 25 de octubre de 1985 y descubre que su mundo ha sufrido los cambios del “efecto mariposa” que produjeron sus propias modificaciones al pasado.
El Viajero en este caso es capaz de comparar el mundo antes del viaje y después del viaje, por lo tanto, SU tiempo, es decir, el tiempo que corre en su mente, no ha perdido linealidad; él puede hablar del “primer” 1985 y del “segundo” y recordar ambos. Pero el tiempo del mundo ha sufrido modificaciones sustanciales. ¿Confuso? ¡A la bati-gráfica!

t(v)  |0------------------10-----------viaje----------------viaje-------------------->
t(m) |1968-------------1978---------25/10/1985...
t(m')                                        …|25/10/1955-------12/11/1955...
t(m'')                                                                    ...|12/11/1985----------->

Como la gráfica intenta explicar (en mi cuaderno se ve infinitamente más lindo y ordenado), las acciones del viajero del tiempo modifican el tiempo del mundo; dicho de otra forma, abren nuevos mundos posibles que son como copy-paste del mundo inmediatamente anterior, pero recortado hasta la fecha hacia la que viaja nuestro amigo. Así, donde se inicia t(m') dicho “mundo prima” es en todo igual al mundo m, desde el big bang hasta el veinticinco de octubre de 1955, fecha hacia la cual el viajero ha “saltado”, por así decirlo, desde el 25/10/1985 del t(m) original. Luego de hacer cambios, el viajero vuelve a “saltar” desde el 12/11/1955 hacia un mundo prima-prima, que es un mundo posible en todo idéntico al mundo prima desde el big bang hasta el doce de noviembre de 1985.
Es claro que el mundo m y el mundo m'' no son el mismo mundo; porque en uno el viajero tiene un padre pusilánime y patético y en el otro tiene a un exitoso y sexy hombre de negocios, por ejemplo. Y es claro que los mundos m' y m'' no son idénticos, puesto que si fueran iguales sus tiempos serían iguales, y si lo fueran, el viajero tendría que haber esperado los treinta años para llegar al 12/11/1985... ¿se capta la idea?
Ahora hay que notar algo interesante; el viajero ha pasado del t(m) al t(m'') pasando por el t(m'), que fueron sus semanas en el mundo de juventud de sus padres (tal como había sido en el mundo del que él venía, es decir, sin las intervenciones que él haría). Pero cuando vuelve al mundo m'', su gente lo recuerda; todo parece haber transcurrido de la misma forma como ocurrió en el mundo m, sólo que con las modificaciones específicas que él realizó; por lo tanto, diremos que la coherencia de este mundo es discreta. (A diferencia de la película efecto mariposa por ejemplo, donde la coherencia es continua, y justamente se juega con las enormes consecuencias que tiene en el futuro el cambio en el pasado (por lo que tengo entendido, porque no he visto la película entera)).

Ahora pasemos al análisis de los viajes en tiempos objetivos. Estos son sin lugar a dudas los más rompecabezas (no en el sentido de puzzle sino en el otro sentido, el literal) y por lo tanto los más entretenidos.
Mi ejemplo paradigmático será Futurama. En el episodio 3ACV19 (una vez más, Wikipedia) la tripulación de Planet Express viaja al pasado por error (año 1947) y Fry, luego de varios ires y venires, termina acostándose con su abuela y así se descubre a sí mismo como siendo su propio abuelo. (Esta es una ridiculización de la “paradoja del abuelo”, un argumento contra los viajes en el tiempo, pero saltémonos eso por ahora...)
Pasemos al estudio de la gráfica:

t(m) |1947--------------1974-------2000-----------------3000------------------?---??--->
t(v)                        …|Nace v----v viaja en el tiempo...
t(v')                                                                   ...|v' descongelado---v' al pasado...
t(v'') |v'' se acuesta con su abuela y vuelve a viajar en el tiempo...
t(v''')                                                                                                      ...|v''' y así...

(recuérdese que v es el viajero del tiempo)

Esta vez la gráfica es totalmente distinta; si en la primera era el mundo el que iba cambiando, en la segunda el mundo permanece siempre igual, y el tiempo del mundo lo que hace es establecer la conexión entre diferentes viajeros que van ocurriendo en tiempos diferentes; el primer viajero v no sabe (aún no ha ocurrido para él) que él es su propio abuelo; pero en el tiempo del mundo ya ha ocurrido. Si antes el copy-paste era de un mundo posible a otro, aquí es la línea de vida de un individuo que fue sólo cortada, diseminada por encima del t(m) y pegada en diferentes puntos, y lo que respeta la secuencia entre cada pedazo son los viajes en el tiempo que van juntando t(v) con t(v'), t(v') con t(v'') y así sucesivamente.
Las consecuencias de este análisis son mucho más poderosas de lo que parecen; En la paradoja del abuelo que mencioné más arriba, se dice que uno no puede volver al pasado y matar a su propio abuelo, porque eso me impediría nacer y abriría un bucle infinito de contradicciones. Pero es que eso no puede pasar en el tiempo objetivo, pero sí en el subjetivo; si un viajero del tiempo vuelve al pasado y mata a su abuelo, luego al volver al futuro aparece en un mundo donde él no nació, pero el mundo posible en el que se encuentra no afecta en forma alguna el mundo del que él viene originalmente, que es donde él nació y es causa suficiente para su propia existencia.
En el mundo con tiempo subjetivo el viajero es libre; puede ir y venir de mundo en mundo (de tiempo en tiempo) haciendo cambios a voluntad. En cambio en el mundo con tiempo objetivo el viajero no es libre; sus viajes en el tiempo son una necesidad para la coherencia interna del mundo, que es el único mundo posible.
En general, la gente que rechaza la posibilidad de los viajes en el tiempo porque 1) se pueden provocar paradojas y 2) implican aceptar la predestinación, están pensando en términos de un tiempo objetivo (Es interesante notar que en Volver al futuro se flirtea peligrosamente con el tiempo objetivo, ya que cuando el m' se aleja mucho del m Marty comienza a notar las consecuencias de “impedir su nacimiento”, como sus mareos o la desaparición de sus hermanos en una fotografía. Pero salvando estos detalles la parte sustancial de la historia sobrevive a mi análisis como tiempo subjetivo). Por otra parte, la gente que ve el tiempo como un contenido subjetivo de nuestra mente acepta sin más que uno puede ir y venir para salvarle la vida a una estrella de rock o impedir que un episodio vergonzoso de la vida tenga lugar, para luego retornar al presente a disfrutar las maravillas de esos cambios. Aunque esta salida aparece como la más ingenua, ella se sustenta en algo que no es tan ingenuo, es decir, la apreciación subjetiva del tiempo, algo que claramente es anti-intuitivo.
Vuelvo a remarcar que esta discusión excluye a quienes están familiarizados con el tiempo tal como lo conciben los físicos y astrofísicos contemporáneos (concepto de tiempo al que podríamos llamar tiempo complicado, en contraposición a mis versiones objetiva y subjetiva. Y se llama complicado por las dificultades que pone para entenderlo, no por alguna otra propiedad intrínseca de la teoría misma).
Espero que lo hayan pasado bien leyendo mi trabajo, espero también que lo hayan entendido; Si alguien quiere hacerme acotaciones, correcciones, críticas o alabanzas, los invito a comentar al pie de esta nota aquí mismo, en la granja. Si recibo -por fortuna- varias interesantes respuestas, puedo hacer otro ensayo contestándolas.
Para finalizar quiero referirles una anécdota divertida que me vino a la mente mientras escribía:
Estaba en segundo medio cuando el profesor de inglés nos pidió que en grupos diseñáramos -durante el fin de semana- un invento que luego tendríamos que explicar y defender ante la clase -obviamente, en inglés (¿innovadoras prácticas pedagógicas?). Con mi amigo de pupitre -y del alma- nos dispusimos a ponerle todo el empeño que el ramo merecía y a tal mérito llegamos el lunes con nuestras manos vacías. Teniendo que disertar, y como yo en esos años era un poco más payaso que ahora, nos paramos delante de la clase y en esa pronunciación poco elegante del chileno cuando habla inglés expliqué al auditorio que con Carlos habíamos inventado “The ultimate time machine”; que nos habíamos pasado todo el fin de semana construyendo nuestro invento, pero que cuando lo terminamos quisimos probarlo y lo enviamos veinte años al futuro... Por lo que no habíamos traído el proyecto a la clase porque todavía quedaba su resto para poder recuperarlo. ¡Jojo!

Que tengan una linda semana.

Inti Målai Perdurabo

2 comentarios:

  1. No abarcaste los viajes del tiempo que se producen en Terminator, donde al cambiar el pasado, creas un nuevo presente, pero sin destruir el presente ya existente.

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    1. No he visto Terminator X.x admito mi pecado, tendremos que hacer una maratón

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