domingo, 21 de febrero de 2010

El Evangelio según Dan Brown

“Simulacro de Árbol” es un tipo de árbol que se pudre primero por dentro, siendo la corteza visible lo último en morir. Es una especie vegetal muy nociva para el medio ambiente. Encontramos en esta categoría árboles tan comunes como el álamo o el coihue. Lo realmente trascendente del “Simulacro de Árbol” no es el dato curioso de que se pudra primero por dentro, sino el hecho estético de que cuando está al borde de la agonía, a nosotros nos parece que está en su máximo esplendor. Así, cuando la ráfaga o la tormenta o -por qué no- el hacha lo abre a la mitad, vemos que realmente no era más que una máscara de la nada, y nos quedamos con un tubo de madera húmeda llena de aire.
La Sociedad del Conocimiento así como la han querido hacer parecer los entusiastas integrados de nuestro tiempo se parece mucho a un bosque de “Simulacros de Árbol”. Conocimiento viene del griego γνώσις, gnosis, y en su paso al latín se convierte en cognitio, por lo que podríamos entender que conocimiento implica una co-gnosis, o una forma integral de lo que los griegos entendían por “conocimiento”. En general, -y ahora cito textualmente-, el conocimiento es una técnica para la comprobación de un objeto cualquiera o la disponibilidad o posesión de una técnica semejante. (Por técnica de comprobación se entiende cualquier procedimiento que haga posible la descripción, el cálculo o la previsión controlable de un objeto). Me detengo aquí porque la definición abarca catorce páginas de mi diccionario de Filosofía (Diccionario de Filosofía por Nicola Abbagnano, Traducción de Alfredo N. Galletti, ISBN 968-16-1189-6). Para esta clase de palabras me gusta usar este libro, porque son vocablos con tantas formas distintas, que una explicación de tres líneas -por sentido común- debe ser bastante vaga y pobre. Lo correcto es, así, buscar y entregar siempre la definición más extensa -exacta.



Ahora bien, yo transcribí las tres primeras líneas de la definición de mi diccionario, e ¡incluso! Me alargué un poco para dejar en claro lo que es una “técnica de comprobación”, y parece ser suficiente. Me mandé el concepto en griego y cuando cité la fuente puse hasta el ISBN del libro, así que parece ser que mi definición de Conocimiento es potente y concreta. Pero lo cierto es que con lo que dije en este párrafo no queda para nada claro lo que es el Conocimiento, y de hecho todo lo que hice fue darme vueltas en torno a la palabra misma, y el griego y el latín y todo el singspiel no hacen más que “decorar” lo que quise que pareciera un cultísimo discurso cuando en realidad es puro y abrumador tollo.
A eso me refiero con el bosque de “Simulacros de Árbol”. La Sociedad del Conocimiento convierte al vulgo ignorante, a la masa común que conforma el demos occidental, en seres superficialmente cultos, en sabios de pasatiempo, en una palabra, en máscaras de saber inmensamente complejo que por dentro está vacío.
La Sociedad del Conocimiento es una rama, una categoría, una subdivisión de la Sociedad de Consumo, pues lo cierto es que la primera depende directamente de la segunda. A toda la rica y fecunda sabiduría milenaria se le sacó todo lo sagrado, todo lo difícil, todo lo vivo, y hoy se vende, faenada y moribunda, como en una carnicería. Y no es difícil reconocer a los carniceros culturales, entre ellos mis favoritos, que son Paulo Coelho y Dan Brown.
La persona tonta (en el sentido de “carente de inteligencia”) en nuestros días se puede reconocer porque se cree inteligente después de haberse leído el Código Da Vinci. No estoy diciendo que muchas de las ideas planteadas por el señor Brown suenen lógicas y hasta parezcan interesantes, pero son conocimientos que no pueden adquirirse o madurarse correctamente en un thriller de quinientas páginas (con letra grande y bastante desperdicio de espacio. Ese libro en formato de bolsillo con suerte tiene cien páginas). No se puede entrar a discutir la realidad de los Evangelios o las figuras ocultas en piezas de arte sin estudiar previamente Historia del Arte, sin tener conocimientos de Teología, Teosofía, Sincretismo religioso, dominio en la técnica hermenéutica, etcétera, etcétera, etcétera. De partida, nadie puede sentarse a discutir sobre la Iglesia y sus cimientos si no ha ni leído el Evangelio.
El problema es que durante estos últimos trescientos años se ha cometido el error de crear la idea de que todos los seres humanos son iguales. Los pensadores ilustrados post-revolución francesa difundieron la idea de que no sólo los hombres están en igualdad de derechos ante la ley y la justicia, sino que además el conocimiento puede ser “para todos”. Esto claramente es un error de interpretación. Que el conocimiento sea “para todos” no significa, en ningún sentido, que sea “para tontos”. Porque es cierto que la sociedad del Conocimiento ha difundido enormemente las grandes ideas y filosofías de la historia, que antes permanecían ocultas o eran para algunos pocos elegidos o privilegiados, pero al mismo tiempo se ha preocupado de difundirlas en formato bolsillo, de manera que realmente lo que se hace es pudrirla por dentro, conservando sólo lo exterior, la corteza.




Grandes conocimientos y sabidurías universales como el ocultismo o el hermetismo hoy llegan al receptor cultural promedio convertidos en títulos vomitivos como: El Secreto, El Alquimista, Haga dinero con la numerología, Cabbalah for Dummies y El Poder oculto de los Talismanes, por citar sólo algunos que vuelven a mi memoria. Pero lo realmente curioso es que en las mismas vitrinas donde se exhiben estos adefesios a veces podemos encontrar trabajos realmente serios y valiosos sobre el tema, con autores de tanto renombre como Eliphas Levi o Encausse. Pero esos mismos libros son los que nadie compra y acaban humedeciéndose en una bodega de la librería. ¿Qué hace que el consumidor promedio compre El Secreto y no Los Misterios de Hermes (Siendo que el primero es un plagio comercial del Segundo)? Quizás que El Secreto explica métodos mágicos sencillos y de fácil realización para ganar dinero, cuando Los Misterios de Hermes sólo entrega algunas claves para, a partir de él, comenzar un viaje interior de perfeccionamiento y enriquecimiento espiritual.
El Problema es que la Sociedad de Conocimiento en tanto forma subordinada de la Sociedad de Consumo, ha perdido el sentido de trascendencia y lo ha reemplazado por el de pragmatismo, el de utilidad fáctica. El Ocultismo como camino interior donde la regla es saber sufrir, abstenerse y morir no vende tanto como si fuera un secreto milenario para hacerse rico. Así, convence más la piedra filosofal que hace el plomo en oro, que aquella que vuelve lo impuro en puro y da la clave de la vida eterna.



El Conocimiento en Serie, la Erudición en lugar de la Sabiduría, es lo que mejor describe nuestra Sociedad del Conocimiento. El Comercio cultural se ve propiciado, por una parte, por la simplificación semántica, algo parecido a lo que hice cuando definí "conocimiento". Esto hace que el oído del analfabeto funcional asimile conceptos complejos bajo la forma de esbozos imperfectos de ellos. Por otra parte lo que hace posible la credibilidad de la cultura vendida en masa es el respaldo que recibe de la Tecno-Ciencia, o Ciencia Empírica, que es una rama de la Gran Ciencia que hoy ha querido convertirse en la única fuente de conocimiento y la única vía de acceso a la verdad, desacreditando los métodos alternativos (Burlándose de las religiones, esclavizando el arte a la publicidad y a la propaganda y convirtiendo a la filosofía en positivismo). Así es como, en un documental de cuarenta y cinco minutos, Discovery Channel es capaz de explicarte, con lujo de detalles, la teoría de la relatividad o la caída de la monarquía absoluta, aportando datos interesantes y formando ideas claras, que no necesariamente están completas. Así es como se entiende que el éxito comercial de El Código da Vinci genere una oleada transdisciplinaria de mierda inteligible (no inteligente) que se resume en películas, documentales, hallazgos y libro tras libro de información inútil sobre pinturas renacentistas y especulaciones históricas intrascendentes. Su finalidad no es hallar la verdad sino entretener.
La putrefacción del conocimiento es lo que obliga al auténtico buscador, al auténtico curioso, al auténtico aspirante a la sabiduría y a la inteligencia, a ir más allá de las apariencias, a dudar de los medios de comunicación, a poner todo en duda, pero sobre todo, a no abrazar a ciegas mentiras como la Sociedad del Conocimiento. Por suerte, la expansión del saber y la democratización hace que, aunque nadie los compre, los libros serios estén allí, e Internet, el gran río de información inútil, a veces arrastre en su corriente pdfs o documentos de Word con libros que real y efectivamente son valiosos.
No nos dejemos engañar por todo lo que nos balbucean desde la esfera del saber; No creamos que la tierra gira en torno al sol porque lo dijo Copérnico y lo confirma la NASA ni que venimos de los monos porque nos lo enseñaron en el colegio. Quizás tanto lo uno como lo otro sea cierto, pero hagamos por lo menos el esfuerzo de comprobarlo. Espíritu Crítico, por sobre Conformismo. Ése debería ser nuestro Ideal. Saber mentir pasa primero por tener el tollo correcto, pero después depende de la disposición del receptor a ser engañado. Sin ir más lejos, el dato que entregué al principio de este artículo sobre los “Simulacros de Árbol” es completamente falso, de hecho, esa expresión la usó jocosamente mi papá una vez que le pregunté por los árboles que se pudren primero por dentro. Y el término alemán singspiel que sale por ahí también está totalmente fuera de contexto; singspiel es un tipo de ópera.
No se dejen engañar como yo los engañé ahora. Mantengámonos vivos, verdes, eternamente maduros, por dentro y por fuera. Mientras sigamos pensando -démosle algo de crédito a Descartes- seguiremos existiendo.






Inti Målai Perdurabo

5 comentarios:

  1. wn apenas lei la wea d simulacros de arbol caxe k al wea no existia xDDD, pero ta buena la nota

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  2. Me ha encantado.

    Abrumadoramente real, sencillo en su forma y profundo, sin llegar a aplastar por el peso de tanta verdad.

    felicitaciones!!!

    fdc

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  3. jjajaja alprincipio dije "este wn escribio puras weas"
    buenisima nota miguel

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  4. me costó, pero me gustó... me hizo pensar (: Gracias por eso !

    - Jaavi

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