domingo, 30 de mayo de 2010

Otro par de jornadas en el infierno

“Las imágenes con las que la Sagrada escritura nos presenta el infierno deben interpretarse correctamente. Expresan la completa frustración y vaciedad de una vida sin Dios. El Infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría”.

Juan Pablo II

¿Qué es lo que se nos enseña que debemos hacer? Comenzaron por decirnos: “no tomes lo que no es tuyo”, “no le pegues a la gente”, “no digas esas cosas feas”; es interesante ver que las palabras con las que primero juegan los niños son aquellas que designan cosas desagradables para él, todas obviamente relacionadas con lo que por antonomasia huele mal y es sucio: las heces. “Caca”, “poto”, “pipí” representan motivo de risa y de juego para los niños; insultan a los mayores con ellos, o entre ellos mismos; conforman aquello que primeramente podríamos llamar un garabato. La reacción de los niños al oir referencias a estas cosas que para ellos desagradan es doble; por una parte se ríen, pero por otra se avergüenzan. Aquí lo desagradable cruza con lo risible, y es trascendente constatar cómo lo grotesco es por lo general divertido. Como si reconocieran que son cosas sucias pero instintivamente se sintieran atraídos a ellas; Esos ciertos elementos pudorosos abundan a nuestro alrededor. La educación formativa de un niño, además de decirle “no digas cosas feas”, le dice “no te desvistas”; su propio cuerpo se convierte en un elemento de vergüenza y de pudor. En sus primeros años el niño va al baño con la puerta abierta… pero solo empezará a cerrarla. Un gesto común en los bebés más pequeños es levantarse las poleras; hay una cierta incomodidad en andar vestidos. Todos estos impulsos son reprimidos por la educación y la enemistad con ellos se impone por costumbre, no por naturaleza.
Hay otra razón poderosa para que el “caca” de los primeros años se convierta en el “puta”, “maricón”, “pico” de la madurez; el sexo representa uno de los temas que mayor pudor despierta en las personas. Culturalmente se le ha enajenado de la parte integral del ser, como si la relación de placer en el cuerpo fuera algo vergonzoso y por lo tanto, íntimo. Abunda esa sensación de malestar cuando alguien habla abiertamente de sus relaciones sexuales; sonrojarse al oír mencionar la masturbación o el coito aunque ello sea algo común a los presentes es la misma vergüenza que el niño expresa cuando alguien dice “caca”, aunque él también la conoce y él también la defeca, y muestra la enfermiza “malversación” de lo sexual en el acervo cultural de nuestro país, como si tener sexo fuera igual de sucio que defecar. Por lo mismo el humor que habla de “poto” o de “mocos” luego es reemplazado con el que contiene dobles sentidos sexuales.
Apuesto lo que sea a que si este ensayo se hubiera llamado “Sobre por qué el pene se erecta en las mañanas” muchas personas no lo hubieran leído, o hubieran comentado con chistes al respecto. Esto demuestra nuestra inmadurez por una parte y el enorme daño que se nos ha hecho en la educación por otra.
Se nos habla del “obrar bien”. Desde pequeños nos han inculcado una cierta noción de aquello que debe sernos confortable, aquello que no provoca remordimientos, aquello que no rompe con lo que se nos ordena, y aquello es el “bien”; el “bien” indefinible, inasible pero sempiterno, el Bien que encarnan las leyes y la Moral –que no es más que la vergüenza dulce– y que determina nuestras conductas; el Bien que es Amor, que es Dios, que es suprahumano, absoluto, incomprensible.
Aquí parece un chiste de mal gusto que Platón haya dicho que la Idea más alta que determina a la demás sea el Bien, porque nosotros queremos ver el bien antes que a las demás; queremos entender en qué sentido el “Amor bueno” no contempla la excitación corporal, o por qué no puede hacerlo; queremos entender el pudor a estar desnudos, queremos saber qué es lo que hay en nuestros cuerpos de “malo” como para que debamos esconderlo. Si llenar la vida de sensaciones no es bueno, si el cuerpo es una prisión para el espíritu, si nacer es un castigo, si lo mundano es vacío y perverso, ¿qué hacemos aquí? Si el bien nos promete una tierra prometida más allá de la muerte, ¿qué sentido tiene pasar primero por aquí? Si todos nacemos iguales, ¿por qué cribar en las puertas del paraíso?
La tradición hinduista nos enseña que el acto más perfecto es aquel que está libre de “lujuria de resultado” (en las palabras de Aleister Crowley). La piedra filosofal sólo puede encontrarla quien no la desea. Si el acto más perfecto y noble es aquel que no persigue recompensas, aquel que es bueno en sí mismo porque hace el bien, ¿qué puede motivarlo? “No hagáis el bien para que os vean los hombres, porque entonces vuestro padre celestial no os recompensará” (Mateo 6:1). Se nos enseña a ser humildes de espíritu, pero en desmedro de la opulencia en esta tierra; ¿qué tipo de bien existe en lo pobre, en lo flácido, en lo moribundo? ¿Por qué culturalmente la belleza de la Venus de Milo logró superar aquella de la Venus de Willendorf?
El infierno es el tormento de una vida sin Dios; de una vida sin Bien, sin moral, es el tormento de una vida motivada por el DESEO, una vida opulenta en la cual no existe ni el castigo ni el remordimiento, una vida lleno de eso sucio como las heces y vergonzoso como el semen llamado “pecado”. Y sin embargo, “Perfecto asceta es el que nada teme ni nada aborrece” (Bhagavad Gita, V, 3).
¿Qué es un pecado? ¿Algo que no debe hacerse, en contraposición a lo que sí debe hacerse? Si sombrío es el Bien, igual de sombrío es el Mal. Quien rompe la ley, quien no sigue los preceptos de conducta, es malo. Si pensar demasiado, si hacer la filosofía, si dudar nos empuja al camino de cuestionar los preceptos, sea malvado pensar y proscríbase entre los hombres. Sea el hombre perfectamente obediente, perfectamente sumiso, sea un cordero de Dios, dispuesto a ser inmolado para redimir el pecado de los más fuertes y los más inteligentes que él, que sufrirán su castigo por atreverse a ser mejores que el resto. El reino de Dios es la Éfeso de Heráclito.
¡Pobres y desafortunados pecadores! Que dudan, que tienen el descaro de tratar de ser más inteligentes que el resto, que dudan de los preceptos, que confían en sus instintos (¡Sí!, en los Instintos, ¡en la animalidad!) y se atreven ¡a desafiar a Dios! Porque el acto puro en sí mismo es más vacío que aquel que persigue recompensa, y aquel que se dice puro también persigue la recompensa del amor de Dios, por lo que todo acto humilde, por secreto que sea o desinteresado que se muestre, es espiritualmente hipócrita y delata cobardía y temor de la Ley. “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén y el hijo del hombre va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley; lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos; se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán, pero a los tres días resucitará” (Marcos 10:33-34). Si Jesús sabía de antemano de su resurrección, ¿qué hay de humilde, de bondadoso, de puro en su crucifixión? ¿No son su actitud resignada, su calma y serenidad, sus lamentos en Getsemaní, sus heridas y su “perdónalos porque no saben lo que hacen” sólo una asquerosa hipocresía, un mero teatro ante los ojos de los suyos? Si existen verdaderos hombres santos en la tierra, no deberían alejarse en apariencia un ápice de los pecadores; y por eso las iglesias son antes lugares de reunión para débiles tratando de engañarse a sí mismos, que verdaderos cumplidores de la Ley.

Reflexionad; sin que haya bien o malestar, ¿qué motivaría al acto?
¿Sin su clímax, la muerte, que sentido tendría
la vida?


Nos dice el pecador, Aleister Crowley, y continúa:

Una impecable máquina, exacta,
deambulando en un sendero estúpido y sin sentido,
Para colmar brutos apetitos, su única satisfacción.
¡Con qué tedio ha sido capaz de comprenderse a
sí misma! Y aun más, este nuestro noble elemento,
De fuego en la naturaleza, de amor en el espíritu, la vida
Que no se entiende a sí misma no tiene primavera, ni eje, ni fin.


Si desobedecer es el Mal y obedecer el bien, ¿qué motivaría al Bien si el Mal no existiera? Si el oro no estuviera cubierto de barro, ¿qué belleza tendría? Las manos del Rey Midas fueron bendecidas con la horrible maldición de volver oro todo cuanto tocaban. La vida que no tiene primavera, ni eje, ni fin, es una vida que no se entiende a sí misma.
“Hipócrita es quien sojuzga los órganos de acción y no actúa, pero tiene la mente ocupada en los objetos de sensación. Pero benemérito es quien subyugando los sentidos por medio de la mente, ¡Oh Arjuna!, y manteniendo los órganos de acción sin apego a cosa alguna, realiza el yoga por la acción” (Bhagavad Gita, III, 6-7)

El Pecador como eterno buscador, como ambicioso que se cultiva antes de dejarse pastorear, está condenado a ser “un forajido que huye por la tierra”; porque a ninguno de sus compatriotas le gusta verse opacado por quien, voluntariamente, se muestra superior.

Su cuerpo un radiante rubí de sangre,
Con noble pasión, Lucifer, de alma solar,
Recorrió colosal al amanecer, rápido, oblicuo,
El imbécil perímetro del Edén.
Él bendijo lo que no existía con cada maldición
Y salpicó de dolor la torpe alma del buen juicio,
Exhaló vida en el universo estéril,
Con Amor y Conocimiento echó a la inocencia.
La Clave de la Alegría es la desobediencia.


Y Aquí el martillo golpea al clavo con fuerza. ¡La Clave de la Alegría es la Desobediencia!

1. ¡Satán representa complacencia, en lugar de abstinencia!
2. ¡Satán representa la existencia vital, en lugar de sueños espirituales!
3. ¡Satán representa la sabiduría perfecta, en lugar del auto engaño hipócrita!
4. ¡Satán representa amabilidad hacia quienes la merecen, en lugar del amor malgastado en ingratos!
5. ¡Satán representa la venganza, en lugar de ofrecer la otra mejilla!
6. ¡Satán representa responsabilidad para el responsable, en lugar de preocuparse por vampiros psíquicos!
7. ¡Satán representa al hombre como otro animal, algunas veces mejor, la mayoría de las veces peor que aquellos que caminan en cuarto patas, el cual, por causa de su "divino desarrollo intelectual" se ha convertido en el animal más vicioso de todos!
8. ¡Satán representa todos los llamados "pecados", mientras lleven a la gratificación física, mental o emocional!
9. ¡Satán ha sido el mejor amigo que la Iglesia siempre ha tenido, ya que la ha mantenido en el negocio todos estos años!

Y aquí están las nueve declaraciones Satánicas tal como nos las presenta el Papa Negro.

En el Apocalipsis vió San Juan al Diablo y a sus Pecadores, que habitarán la tierra por mil años, antes de la llegada del Juicio Final y el triunfo del Bien. Pues, ¡Yo prefiero mil años de libertad en el infierno, que una eternidad de obediencia junto a Dios!
Los Espíritus que Dante Alligheri encontró en el infierno eran seres humanos, que entre tormentos y carbones incandescentes hablaron con él de todos los placeres que hacían soportable el castigo eterno; pero aquellos santos que estaban en el cielo giraban anonadados, estúpidos e hipnotizados, alabando a Dios con la vista fija en lo Alto; no en vano a Dante más se le recuerda como “quien bajó al infierno” que como aquel que “subió al Paraíso”; porque al primer lugar pertenecemos más que al segundo.
Pero aquí viene la segunda advertencia; Bien, sólo Bien, es la debilidad, destruye al alma, la debilita, la humildad, la moral y las buenas costumbres matan el cuerpo por desidia y cobardía; pero el Mal, sólo Mal, el camino de los excesos que para William Blake era la senda de la sabiduría, lleva inevitablemente a la destrucción por la explosión también. “A veces me odio a mí mismo” recuerdo haberle oído decir a Dorian Gray; lo mismo que Aleister Crowley, antes de morir, atinó a recordar. La Clave de la Alegría es la Desobediencia, pero desobedecerse a uno mismo es el más indigno de los suicidios.
Plotino consideraba que pensar en la belleza como el equilibrio era un absurdo; yo digo que la belleza como el Bien puro es más absurdo aún: para que el péndulo oscile debe moverse pero también detenerse y retornar; para que el universo se creara tenía que haber una gran explosión, pero también debía enfriarse; para que la ley sea obedecida, para que el castigo tenga sentido, deben haber siempre aquellos que intentan evadirlo. Toda unidad es esencialmente un balanceado equilibrio entre la fuerza que lo une y la fuerza que lo disgrega; por eso para el judío y el cristiano ciego su Dios es Uno solo, pero para el cabalista es doble, hombre-mujer, y al mismo tiempo es el Padre Amoroso y el Señor de los Ejércitos. En todo soldado invencible reside el germen de su futura derrota; es lo que nos enseña el mito de Aquiles. El cuerpo más cercano del reposo es aquel que se mueve con fuerza incontenible, y viceversa.
Pero el péndulo quieto es la nada; el universo frío se desintegra en sí mismo; cuando toda una sociedad es encarcelada, subsiste la anarquía. El talón sin Aquiles no puede matar a Héctor, el cuerpo en reposo no tiene fuerzas que contener. El filósofo que reniega de la moral y busca escapar de ella, el filósofo que trae al Superhombre, por mucho que hable con sabiduría, si entrega su cordura a la demencia y a la esquizofrenia que la sífilis de sus excesos le hereda, sólo nos habla de cómo no debemos morir.
Desterrando de nuestras mentes al Bien y al Mal, podemos entronizar al Odio y al Amor, para que entre ellos se balanceen. El gobierno de ambos lo hará la voluntad, pero la inteligencia por sobre ella; y tendremos sexo pero no seremos violadores, aunque tendremos que intentar violar primero; y mentiremos pero no engañaremos, aunque tendrán que descubrirnos malversando hechos; y deshonraremos a nuestros padres sin faltarles el respeto, aunque tendremos que burlarnos de ellos en las primeras victorias; y elegiremos a qué Dios rezarle, o no rezarle a ninguno, aunque nunca nos cerraremos ciegamente a lo que elegimos; y probaremos todos los excesos pero no dejaremos que ninguno nos esclavice, aunque seleccionemos nuestros favoritos. Nada pasará por nosotros sin luchar contra nuestra duda, pero todo tendrá posibilidades para triunfar. No sentiremos vergüenza de estar desnudos pero nos vestiremos para salir; dejaremos que nuestros ojos pequen mientras lo hagan en secreto, buscaremos la satisfacción en nuestros actos, la aprobación de los demás, la admiración de los demás, pero valoraremos siempre la compañía de buenos amigos antes que la de estúpidos discípulos. “No paz en general, sino la guerra”, diría Nietzsche. Guerra de uno contra todos los demás; pero no la guerra como algo malo, sino la guerra como ese estado que permite cambiar violentamente lo defectuoso en nosotros, para obligar a subsistir aquello que nos perfecciona. “No virtud, sino habilidad”. Un hombre integral, completo, perfecto, un Superhombre, debe ser aquel capaz de dormir unas noches con Dios y otras con Satanás, pero no enamorarse de ninguno. De seguro os digo que María inmaculada es tan prostituta como Babilonia.
Seguir, mejor, a un Dios Bisexual que de y reciba. Renunciar de todo lo que nos enseñaron pero permitirnos reciclar lo esencial. Aquello que necesitemos irá apareciendo en el camino. Aprender se hace en los patios de los colegios, en los baños, en los carretes donde abunden el alcohol y los excesos a espaldas de los padres, en las habitaciones a puerta cerrada, no en las aulas. Pero el que no consigue dejar la juerga cuando termina la prohibición, el que nunca pasa de curso por nunca estar sobrio… es igual de débil, cobarde y condenado a perecer que el que no levantó los ojos del cuaderno en toda su adolescencia.
Porque hombres y mujeres realmente duales, equilibrados, “Satánicos” en el sentido de LaVey, somos pocos; Por eso la gente no entiende por qué de mi cuello cuelgan un crucifijo y un dios pagano; por qué tengo la Biblia en mi pieza y me la sé de memoria, y me burlo a menudo de los cristianos; por qué predico el camino de la experiencia y me acuesto temprano, o por qué hablo de sexo siendo que nunca he tenido sexo; por qué defiendo el amor con cuerpo y la excitación, si los que me conocen saben que mis amores son idealizados. Porque ninguna de esas personas logra imaginar la relación entre el carpintero y el dios del Sol; la verdad que todos los libros sagrados esconden detrás de sus diferentes metáforas; la diferencia entre la libertad y el libertinaje; el balance entre la prudencia y la lujuria; el que la mujer ideal a la que le escribo poemas siempre es una mujer bella.
Librarse de los “pares de opuestos”, como predica el Bhagavad Gita, no va en suprimirlos sino todo lo contrario, en integrarlos. Un auténtico humanista, un verdadero ser humano libre, estudia matemáticas y se deja encantar por la poesía; Escucha música clásica y baila música pop – y si yo fallo en esto es por razones de fuerza mayor, pero reconozco mi inferioridad en esto; lo mismo le interesa la biología y el movimiento de los astros; nada de lo que el conocimiento pueda abrazar está por debajo de su mira, o le es superfluo. Nada de lo que pueda hacer con su cuerpo o su mente es indigno, aunque sabe discriminar aquellas consecuencias que le resulten dañinas. Un ser humano así debería ser llamado realmente Superhombre.
Por eso es inevitable que nos tiente más acercarnos a Odín que a Jesucristo; el hijo de carpintero pordiosero que se entrega a sus verdugos nos parece un reptil oprobioso, en cambio el valiente y recio vikingo que entrega un ojo de su cara a cambio de la sabiduría, que es el inventor de la magia, de las ciencias y de la poesía, el que ofrece banquetes a sus huéspedes pero sólo bebe el hidromiel de la inspiración, el que ahora dirige a los ejércitos, ahora baja a hablar con los muertos en busca de respuestas, el que protege a su familia a toda costa y venga a sus hijos a filo de espada; Ése es el Dios que más nos llama la atención, porque a él queremos parecernos.
Queremos que cometer errores sea una constante en nuestra vida y en nuestra educación, si cada uno de ellos sólo lo cometemos una vez; queremos sentir dolor, mucho dolor, si aprendemos a apagar cada uno de ellos. Golpear con las manos desnudas una pared, si logramos derribarla. No dejarnos enternecer por la calma del hogar, romper el cascarón, dejar la madriguera, rasmillarnos las rodillas, pero siempre poder volver bajo el brazo de mamá para que nos de calor y nos reconforte. Ir y venir, entre la luz y las sombras, siendo cada vez más grandes, nunca detenernos, nunca limitarnos, sólo discriminar bien los senderos que caminamos. Como dice uno de mis escritores-de-letras-de-canciones favorito: “La decisión más cuerda en un mundo desquiciado: cuídate de la Bestia pero disfruta de los banquetes que ofrece”. Poder pasar otro par de jornadas en el Infiero, y hacerlo cuando se nos de la gana.
Que tengan todos una buena semana, llena de dolor y de excesos. Aprendan de todo lo que tengan a mano. Lo que no los mate los hará más fuertes, pero… ¡que no los mate!
¡Unis Summus, hermanos!

Inti Målai Perdurabo

Referencias Bibliográficas:
“Bhagavad Gita”, traducción del sánscrito al francés de Annie Besant, y al español por un equipo de “Editorial Hefaistos”
"Catequesis" por Juan Pablo II.
“Hymn to Lucifer”, por Aleister Crowley. Traducción libre.
“La Biblia Satánica”, de A. S. LaVey. Traducción de Daniel Meléndez
“La Santa Biblia”, traducción revisada a cargo de “La Casa de la Biblia”
“The Beauty of the Beast”, letra de Tuomas Holopainen. Traducción libre.
No encontré el pasaje exacto que cité del Dorian Gray, por eso lo puse en relativo.

3 comentarios:

  1. aunque tengo unas criticas que hacerte, me da pja en este momento. Asi que lo hare en algun fututo. O no.

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  2. Aguante Baphomet el Dios con senos y falo, con la luna y el sol y sobre todo un macho cabrio, porque la biblia en Mateo 25:32-46 dice que:

    ”Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono.Y todas las naciones serán reunidas delante de él,y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras.Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda. 34 ”Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo... ”Entonces dirá, a su vez, a los de su izquierda: ‘Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles"
    somos los maldecidos por la estrella de Belém

    aunque tengo mis dudas sobre los placeres todavía xD

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